lunes, 2 de noviembre de 2009

Desorden cósmico

Soy una persona parcialmente escéptica, no creo en la medicina alternativa, no creo en el tarot, ni limpias ni nada semejante, ni en el zodiaco, ni en muchas otras cosas que de momento no se me vienen a la mente pero que las desecho por no contar con bases científicas, sin embargo hay cosas en las que sí creo aunque no haya esas bases antes mencionadas, Dios, en que los pensamientos atraen cosas negativas o positivas según sea el caso, creo que hay personas que se encuentran en la vida por una razón aunque a veces no la podamos "leer" a simple vista o a corto plazo, también creo en las señales que da la vida para tomar decisiones o seguir ciertos rumbos que suelen presentarse, y también creo que las coincidencias pocas veces son eso, coincidencias, porque si fuera así significaría que estamos en un desorden, un caos cósmico, en donde todo lo que ocurre es solo porque existe la probabilidad de que así sea, y esa idea de caos no me gusta, me gusta pensar que las estrellas están en donde están porque tiene una razón de ser.

Hoy viví una de esas coincidencias que no tome como tal; hace aproximadamente dos años, mi vida dio un cambio muy drástico, me caí en un abismo emocional enorme, un hoyo negro que succionó mi vida, que me sumió en una depresión de la que pensé que nunca saldría, acudí a mi amiga Marisol "la mona" necesitaba decirle lo que había pasado, fuimos a desayunar a un restaurante, en dicho lugar hay un saloncito privado, aunque voy relativamente seguido a ese lugar, nunca había entrado allí, y esa mañana por lo especial de la situación (muchas lágrimas que no me hubiera gustado derramar en público) elegimos ese privado.

Ayer hice una limpieza especial en mi cuarto, guardé todo lo relacionado a él, en un lugar especial, como el lugar que tiene y tendrá él siempre en mi corazón y en mi vida, y hoy fui a desayunar al mismo restaurante, hasta este momento no tiene nada de diferente o especial porque como mencioné es un lugar que nos agrada a mi familia y a mi y vamos continuamente, pero hoy mi papá se adelantó a elegir una mesa, mientras yo saludaba a Marisol "La mona" que me la encontré desayunando en el mismo lugar, no encontrábamos a mi papá y es que se había metido al privado y había elegido la misma mesa, en cuanto entre se me puso una sonrisa en la cara, en sentido de complicidad entre Dios y yo, entre el Universo y su pequeña hija entendiendo su mensaje, me senté y suspiré sintiendo alivio, un alivio de volver a comenzar, de soltarme de lo que me aferré.

Se que parece demasiado significado para solo una mesa, pero las señales no son iguales para todos, y uno sabe cuando alguna va dirigida hacia uno mismo, y así fue, así lo sentí, y me vi ahí en aquel lugar al que he entrado solo en dos ocasiones, me recordé rota y hecha un mar de lágrimas la primera vez y me vi hoy, optimista y sonriendo, porque se que la decisión aunque difícil, fue buena, y se que te encontraré de nuevo y podré sentir esa alegría que siempre inunda mi corazón al verte pero ya no con esa ambivalencia de sentir también coraje y tristeza de recordar que no eras mío como yo deseaba. Sé que lo mas probable es que no leas esto, y sé que no estás pasando por un buen tiempo, y de corazón anhelo que encuentres paz en tu alma, y felicidad en tu vida, aunque ya no nos vemos, mis buenos deseos y las bendiciones que pido para ti te siguen a cada paso.

Y les comparto una canción que hacía años que ya no escuchaba, y que viene al caso; COINCIDIR

domingo, 1 de noviembre de 2009

Para preservar un trébol


Hay que seguir el corazón dicen por ahí, sin embargo es sano tomar decisiones con la cabeza. Dicen que la distancia es el olvido, pero también puede ser el mejor rescate, porque con distancia se curan las heridas, se emprenden nuevos rumbos, se comprenden muchas cosas. Y porque quiero preservar ese trébol es que es necesario poner distancia, porque mis toxinas te estaban oxidando, te quitaban lo verde de tus hojas, y también las mías se marchitaban. Se que no saldrás definitivamente de mi jardín, y espero yo no salir del tuyo, es sólo que cuando las cuatro hojas vuelvan a aparecer lo harán con unas raíces sanas, limpias, unas raíces que alimentan y no que asfixian y que poco a poco acabarían con el trébol. Hoy cierro esta primera etapa de la vida de estas plantas, agradecida por los buenos momentos que han sido muchos, con una nostalgia, sí, por que no decirlo, una nostalgia por aquellos buenos tiempos, cuando no era todo tan complicado, espero que sigas creciendo que te conviertas en el trébol grande y fuerte que sé que eres. 1234